Este procedimiento se utiliza en la evaluación del síncope o desmayo. También en la valoración de otro tipo de síntomasque sugieren el diagnóstico de disautonomía y en algunos casos en los que existe duda sobre si el paciente padece epilepsia o síncope. Es una prueba provocadora de síntomas y por lo tanto puede resultar algo molesta, pero es un procedimiento seguro y no invasivo que siempre es realizado por un cardiólogo.
Consiste en sujetar al individuo a una cama mecánica mientras se vigilan el ritmo cardíaco y la presión arterial. La cama se inclina hasta un ángulo de 60-70º (con la cabeza hacia arriba) y la persona permanece ahí por un período de duración variable (entre 15 y 40 minutos). Durante la realización del estudio suelen presentarse reflejos que modifican la presión arterial y la frecuencia cardíaca y provocan las molestias.
El cardiólogo puede detectar en tiempo real estos fenómenos y tener una orientación más clara sobre el mecanismo por el cual los síntomas ocurren. Lo común es que las molestias cedan al llevar de nuevo al a una posición horizontal.